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Nuestro derecho al etiquetado frontal como consumidores

La hipertensión, la hiperglucemia en ayunas (medida como el nivel de glucosa en sangre) y el sobrepeso u obesidad son los tres principales factores de riesgo asociados a la mortalidad en nuestro continente. Es sabido que la mala alimentación está relacionada directamente con estos factores de riesgo, debido en gran parte a la ingesta excesiva de azúcares, grasas totales, grasas saturadas, grasas trans y sodio. De ahí que hoy se denominen venenos blancos a la sal, la harina, el azúcar y la leche consumidos en exceso. La ingesta desmedida de estos nutrientes es consecuencia en gran medida, de la amplia disponibilidad y promoción de productos alimentarios procesados y ultraprocesados, que los contienen más allá de lo necesario.

Y lo más preocupante es que el grupo más damnificado por todo esto, es el de los niños y adolescentes que son los mayores consumidores de estos productos, con índices de sobrepeso, obesidad, colesterol y diabetes nunca antes visto en nuestra historia.

Por consiguiente, gran parte de la solución consiste en la aplicación de leyes y regulaciones que reduzcan la demanda y la oferta de productos incluidos en este universo, brindando información clara y precisa al consumidor. Uno de los instrumentos de política clave para regular esos productos es la utilización de etiquetas en el frente del envase que indiquen a los consumidores que el producto contiene cantidades excesivas de azúcares, grasas totales, grasas saturadas, grasas trans y sodio. Para ayudar a la población de la Región a cumplir con las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y protegerla contra los principales factores de riesgo que perjudican su salud y desarrollo, el objetivo regulatorio del etiquetado frontal debe ser que los consumidores puedan identificar correcta, rápida y fácilmente los productos que contienen cantidades excesivas de los mismos.


Etiquetado frontal de advertencias en Argentina

Argentina ha tenido importantes avances regulatorios tendientes a la eliminación de las grasas trans que han significado un modelo para la región y ahora se encuentra con el importante desafío de aplicar la ley recientemente promulgada sobre Etiqueta Frontal. Una herramienta sencilla, práctica y efectiva para informar a la población sobre los productos que pueden dañar la salud y ayudar a guiar las decisiones de compra.

 

Preguntas frecuentes sobre el etiquetado frontal de advertencias sanitarias

Elaboradas en base a los contenidos de la publicación El etiquetado frontal como instrumento de política para prevenir enfermedades no transmisibles en la Región de las Américas.

 

¿Por qué es importante el etiquetado frontal?

Porque ayuda a las personas a identificar de manera correcta, rápida y sencilla aquellos productos que contienen cantidades excesivas de azúcares, grasas y sodio. Esto es clave para ayudar a la población a cumplir con las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y protegerla contra los principales de riesgo que perjudican su salud y desarrollo.

Por eso, a pesar de que se han diseñado muchos sistemas de etiquetado frontal, no todos responden a este propósito. El etiquetado frontal con advertencias sanitarias es el más efectivo para informar a la población sobre los productos que pueden dañar la salud y ayudar a guiar las decisiones de compra.

 

¿Qué es el etiquetado frontal con advertencias �€œEXCESO DE�€�?

Es un sistema de etiquetado que proporciona información directa al emplear sellos en forma de octágono con texto en la etiqueta frontal del envase. Informa a los consumidores cuando un producto contiene cantidades altas o excesivas de nutrientes críticos.

Este sistema de advertencias sanitarias es el más adecuado para la finalidad sanitaria de prevenir la obesidad y otras enfermedades no transmisibles. Otros sistemas de etiquetados que combinan, resumen o agregan información y colores sobre nutrientes o atributos positivos no resultan eficaces para el propósito sanitario.

No prohíbe a los consumidores comprar los productos, solo los ayuda a tomar una decisión fundamentada.


¿Por qué la OPS/OMS indica que el etiquetado frontal con advertencias sanitarias es el más adecuado?

La investigación indica que el consumidor, al escoger sus alimentos, se enfrenta a muchas dificultades para acceder, comprender y evaluar la información nutricional que se presenta en la etiqueta. Desde una perspectiva de salud pública es indispensable, por lo tanto, que al considerar las principales características de un sistema de etiquetado frontal se incluya: la capacidad de atraer la atención del consumidor; la facilidad para que los consumidores puedan procesar, comprender, evaluar y utilizar la información; y la influencia del sistema de etiquetado frontal en las decisiones de compra de los consumidores.

En los estudios en los que se comparan los resultados de los sistemas de etiquetado frontal para informar a los consumidores sobre el contenido de cantidades excesivas de nutrientes críticos asociados a la mayor carga de enfermedades se llega a la misma conclusión: las advertencias sanitarias en el etiquetado frontal en forma de octágono con fondo negro y letras blancas que indiquen �€œexceso de ..�€� cumplen mejor que otros sistemas con la finalidad propuesta.

 

¿Qué es el modelo de perfil de nutrientes de la OPS?

El Modelo de Perfil de Nutrientes de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) es el instrumento desarrollado a pedido de los países de la región para poder establecer qué productos deben ser alcanzados por las regulaciones y llevar la advertencia sanitaria.

Señala umbrales para identificar productos procesados y ultraprocesados con excesivo contenido de azúcares, grasas totales, grasas saturadas, grasas trans y sodio.

 

¿El modelo de perfil de nutrientes de la OPS se aplica a todos los alimentos y bebidas, inclusive los naturales o sin procesar?

No. Los productos alimentarios y las bebidas que deben ser evaluados con el modelo de perfil de nutrientes de la OPS se limitan a los procesados y ultraprocesados, que normalmente pueden contener cantidades excesivas de sodio, azúcares y grasas.

Este modelo no se aplica a los alimentos frescos, naturales o mínimamente procesados como frutas, verduras carnes, pollo pescado, arroz, fideos secos, polenta, harinas y legumbres, ni tampoco a los ingredientes para cocinar como aceite y sal de mesa o el azúcar.

 

¿Cuáles son los alimentos a los que NO se aplica el modelo de perfil de nutrientes de la OPS?

El Modelo de perfil de nutrientes de la OPS no se aplica a alimentos no procesados o mínimamente procesados como:

�€� Verduras, frutas, papas, batatas, otras raíces y tubérculos naturales envasados, refrigerados o congelados;
�€� Carne vacuna, porcina, de pollo o de pescado.
�€� Arroz blanco, integral o granos enteros de trigo y de otros cereales.
�€� Granola hecha de granos de cereal.
�€� Frutas secas como nueces, entre otras.
�€� Harina de maíz, de trigo u otras.
�€� Leche, yogures naturales y miel.

Tampoco se aplica a los ingredientes que se utilizan para cocinar:
Aceites, manteca, azúcar de mesa en sus diferentes tipos, y la sal de mesa en todas sus variedades.

 

¿Qué son los nutrientes críticos y cuáles son las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud?

Los nutrientes críticos son aquellos cuyo exceso en la alimentación de una persona constituye un factor de riesgo para muchas enfermedades. Por ejemplo, los azúcares, las grasas totales, las grasas saturadas, las grasas trans y el sodio son �€œnutrientes críticos�€� de preocupación para la salud pública.

La Organización Mundial de la Salud ha definido límites y estableció que la ingesta de los nutrientes críticos que proporcionan energía no debe superar por día:

�€� 10% de azúcares libres (con mayor beneficio si no superan el 5%).
�€� 10% de grasas saturadas.
�€� 30% de grasas totales.
�€� 1% de grasas trans

Para el sodio (sal), la recomendación tiene un límite absoluto y otro relativo:

�€� En los adultos, cuya necesidad media de energía es de 2000 kcal, la ingesta de sodio debe ser inferior a 2000 mg.
�€� En los niños, el límite debe ajustarse a su necesidad de energía, que es menor.
evidencia.

 

¿Es posible que el etiquetado frontal de advertencias tenga efectos negativos en la economía?

En los países en los que se implementa, no se observó que las etiquetas frontales con advertencias sanitarias tengan una repercusión negativa en la economía. Por el contrario, el etiquetado frontal ofrece una oportunidad para que muchas empresas desarrollen y amplíen la demanda y la oferta de alimentos recomendados como parte de una alimentación saludable.

En el contexto de una epidemia cada vez mayor de obesidad y de enfermedades no transmisibles asociadas a la mala alimentación, el ahorro de costos sanitarios, de muertes evitadas o vidas salvadas supera ampliamente los costos relacionados con la modificación de las etiquetas de los productos.
En última instancia, los resultados financieros de la empresa no se verían afectados a medida que su modelo de negocios se dirija hacia opciones más saludables.

El caso del tabaco ejemplifica bien lo anterior ya que no se ha visto reducción de empleo a pesar de contar con normas más restrictivas aún: etiquetas en los envases más rigurosas, prohibición total de publicidad promoción y patrocinio, restricciones de ventas y de consumo en lugares públicos juntos a la suba de impuestos.

 

¿Es posible que el etiquetado frontal de advertencias obstaculice el comercio internacional?

Los socios comerciales extranjeros de los países suelen tener distintas normas de etiquetado, o los elementos del etiquetado difieren siempre de alguna manera. En este contexto, el hecho de adoptar en cada país un sistema nacional diferente no modifica la situación actual. Los productos de todas maneras tendrán que poder venderse en más de un mercado y cumplir con los requisitos de cada uno.

El sistema de etiquetado frontal no debería decidirse con base en las prácticas que adopten los socios comerciales, en parte porque los acuerdos comerciales preservan el derecho de regular la protección de la salud. Todas las empresas tienen la posibilidad de comercializar sus productos en cualquier país; todo lo que necesitan es cumplir con la norma de etiquetado frontal que haya adoptado el país importador como ocurre con otros requisitos de etiquetado, de manera que no existe obstáculo alguno al comercio internacional.